VUELTA A NATACIÓN Y SALTOS

SALTOS

Existen en los Juegos Olímpicos, dos tipos de salto; de trampolín y de palanca, tanto masculinos como femeninos. El trampolín está colocado a 3 m. de la superficie del agua y la palanca a 10 m. Hay seis formas de iniciar un salto: Parado, corriendo, de espaldas, en reversa, interior y en brazos extendidos, y posteriormente todo tipo de tirabuzones, vueltas, giros, etc., se efectúan en el aire. Como resultado de esta variedad, cada salto esta catalogado con una "tarifa" (cuanto más alta es ésta, mayor es la dificultad en el salto). Hay siete jueces que dan puntuación en cada intento, en marcas de hasta 10, siendo descartadas la máxima y la mínima. El promedio del resto se multiplica por la "tarifa" para obtener la media del salto efectuado. Cada prueba consta de un número determinado obligatorio de zambullidas y otra cantidad voluntaria y la clasificación queda determinada por el total de puntos conseguidos en ambas tandas.

 

En saltos, lo mismo que en natación, los norteamericanos han tenido poca rivalidad, sin contar dos notables excepciones. En los años 1960 la alemana Ingrid Krämer-Engel, conquistó tres medallas de oro y en 1976 el italiano Klaus Dibiasi consiguió por tercera vez consecutiva el título en saltos de palanca, único caso que se ha dado en esta especialidad.