LA FIESTA DEL ATLETISMO
Pero al igual que sucedió en Múnich 72, donde corrió la sangre de deportistas israelíes por un atentado político del grupo terrorista Septiembre Negro, los Juegos de Atlanta demostraron tener entidad suficiente como para sobreponerse a la tragedia y al desorden a base de hazañas deportivas. Muhammad Alí, el boxeador que arrojó a un río la medalla de oro que conquistó en México como protesta por la segregación racial en su país, fue el elegido para encender la antorcha olímpica en un emotivo acto de reconciliación.
En las dos semanas de competición, Carl Lewis acabó por conquistar definitivamente el corazón de sus compatriotas. El atleta estadounidense se consagró definitivamente entre los mejores deportistas de todos los tiempos al conseguir, en salto de longitud, su novena medalla de oro cifra sólo alcanzada por el atleta finlandés Paavo Nurmi, el nadador estadounidense Mark Spitz y la gimnasta rusa Larissa Latynia y su cuarta victoria consecutiva en una prueba atlética, igualando el récord del lanzador de disco Al Oerter. Sólo Michael Johnson le alcanzó en gloria: el atleta tejano de zapatillas doradas se convirtió en el primer campeón de 200 y 400 metros en los mismos Juegos, batiendo además el récord del mundo de 200 con un impresionante registro de 19,66 segundos.
La pista del estadio olímpico dejó otro héroe: el canadiense Donovan Bailey, campeón de 100 metros y récord mundial con una marca de 9,84 segundos. Merlene Ottey volvió a perder, aunque regresó a Jamaica con sendas medallas de plata en 100 y 200 metros, y la francesa Marie-José Perec igualó la hazaña de Johnson, aunque en mujeres había precedentes de ese doblete. Cuba se llevó dos decepciones, con las lesiones de Javier Sotomayor e Iván Pedroso, respectivamente en altura y longitud, aunque Ana Fidelia Quirot fue plata en 800 y Yoelbi Quesada, bronce en triple salto.
La marcha asistió al lanzamiento de una estrella: el esperado duelo entre españoles y mexicanos en 20 kilómetros se saldó con victoria del sorprendente ecuatoriano Jefferson Pérez, que dio a su país una alegría histórica. El mexicano Bernardo Segura le acompañó en el podio con la medalla de bronce. El orgullo español en la disciplina se salvó con la medalla de plata de Valentín Massana, en 50 kilómetros. En otro de los duelos estelares, el argelino Nourredine Morceli se sacó la espina de su derrota en Barcelona. El español Fermín Cacho, que defendía el título, tuvo que contentarse con la medalla de plata, por detrás de uno de los mejores mediofondistas de todos los tiempos.
Las decepciones cubanas en atletismo obtuvieron alguna compensación incluso morbosa. El equipo de béisbol de la isla se alzó con la medalla de oro, y en el camino a lo más alto del podio logró incluso golpear el orgullo estadounidense con una victoria sobre la selección anfitriona. Mientras, el público se enamoraba de una frágil gimnasta llamada Kerri Strug, que se lesionaba el tobillo en un salto y volvía minutos después en brazos del preparador rumano Bela Karoli, el descubridor de Nadia Comaneci, para recoger el oro por equipos. Los aficionados al fútbol se asombraron ante la selección de Nigeria, que se colgó el oro del cuello tras derrotar a Brasil en semifinales y a Argentina en la final. El supuesto Dream Team, el equipo estadounidense de baloncesto, venció con comodidad, pero sin entusiasmar a quienes añoraban la magia del legendario combinado de Barcelona. Las hazañas de las piscinas se las repartieron la irlandesa Michelle Smith tres medallas de oro y una de plata, todas individuales, y la estadounidense Amy Van Dyken cuatro medallas de oro, aunque dos por equipos. El ruso Alexánder Popov logró dos títulos, y Cuba una plata, la de Rodolfo Falcón, en 100 metros espalda.
Hubo más medallas en los deportes tradicionales cubanos: oro en voleibol femenino, también con una rotunda victoria sobre el equipo organizador, y varias en deportes de lucha, entre ellas siete en boxeo (cuatro de oro, entre ellas la de Félix Savón, y tres de plata). Argentina sorprendió con dos metales (oro para Hocine Soltani y bronce para Pablo Chacón), y Rafael Lozano dio un bronce a España.