CRECIMIENTO Y PROSPERIDAD
Las ligas mayores de béisbol disfrutaron de una gran popularidad a principios de 1900. La asistencia a los partidos aumentó y las World Series llegaron a ser uno de los eventos anuales deportivos más importantes. El béisbol se enfrentó con su peor momento después de las World Series de 1919, en las que los Cincinnati Reds batieron a los Chicago White Sox; al año siguiente, siete jugadores del Chicago fueron inhabilitados para este deporte por haber perdido intencionadamente las series a cambio de sobornos de apostadores profesionales. Éste escándalo dañó seriamente la imagen pública del béisbol.
La reputación del béisbol se recuperó bajo el liderazgo de su nuevo comisario, un juez federal llamado Kenesaw Mountain Landis. Otros factores también contribuyeron a renovar la popularidad del béisbol durante la década de 1920: nuevas reglas y el desarrollo de una bola nueva con un centro de corcho más vivo permitieron que aumentara el número de home-runs bateados. Babe Ruth, que fichó por los New York Yankees en 1920 llegó a ser uno de los bateadores más grandes de home-runs de todos los tiempos. Su estilo fue imitado por muchos bateadores y el béisbol produjo unos marcadores más abultados y, para muchos aficionados, se convirtió en un juego más emocionante.
El crecimiento del béisbol continuó durante la década de 1930 cuando se hizo frecuente la retransmisión radiofónica de partidos. El primer partido nocturno de las grandes ligas tuvo lugar también durante esta década, permitiendo a los aficionados asistir después del trabajo. En 1939 se abrió en Cooperstown, Nueva York, el Salón de la Fama y Museo Nacional de Béisbol para exponer la historia y los recuerdos del béisbol y honrar a los mejores jugadores.